26 nov 2009


DÉCADA DE LOS 50: LOS INICIOS DEL CINE EN ALMERÍA


La década de los 50 tuvo un pobre balance en rodajes, tan sólo 10 películas. En cambio, su importancia radica en lo que significó: el descubrimiento de Alme­ría como plató natural de rodaje.

El primer rodaje en tierras de Almería data de 1951 y correspon­de a pequeñas parcelas de "La llama­da de África", una producción íntegra­mente nacional dirigida por César F. Arda­vín. Desde ese momento y hasta el final de la déca­da se roda­ron otras tres pelícu­las españo­las y cinco extranje­ras (dos francesas, dos alemanas y una británica) y una coproducción, todas ellas mediocres.

De las cinco producciones extranjeras, sin lugar a dudas, fue la francesa "Oeil pour oeil" del realizador André Cayatte la que dio a conocer nuestro paisaje en todo el mundo. Este film fue nuestro primer reclamo notable. De hecho traería en la siguiente década a otros cineas­tas como Denys de la Patellière o Frank Wisbar.

La llegada de las producciones extranjeras fue posible gracias a que, al comienzo de la década, el régimen del general Franco se esforzó por adaptarse a la situación que se vivía en la Europa de entonces. Ya no era posible seguir viviendo de espaldas al mundo. Así, en 1951 se creó el Ministerio de Información y Turismo con la labor de ofrecer ante los países extranjeros una imagen abierta de la vida española que atrajera ayudas económicas y turistas.

La progresiva apertura hacia el exterior durante este período trajo consigo la penetración del cine internacional en la industria cine­matográfica española.

Por otra parte, el modo de producción de los estudios de Holly­wood, sumido en una crisis, va a tener importantes transformaciones que tendrían su reflejo en Europa. El aumento de los costes de producción y la necesidad de ensanchar los mercados para la explotación exterior, son algunos de los factores que impulsan, desde la mitad de la década, un cierto desplazamiento de la industria norteamericana en busca de nuevos territorios donde abaratar los rodajes. Su primer aterrizaje se produce en Roma, donde, tras algunos años de intenso trabajo, los costes y los salarios se revalorizan bajo el mismo impulso de la presencia americana en los estudios italianos. De aquí la necesidad de continuar buscando nuevos emplazamientos en el deprimido y subdesarrollado Sur de Europa. Es así como se produce el desembarco de los americanos y de sus cámaras en el territorio y en los estudios españoles.

Entre 1956 y 1959 la industria americana realizó en España las superproduccio­nes "Alejandro Magno", "Orgullo y pasión" y "Salomón y la reina de Saba", así como otras producciones más modestas. Ninguna de ellas en Almería, pero en la búsqueda por el país de localizaciones para estos rodajes conocieron los rincones almerienses y tomaron buena nota. De hecho, en 1960 las cámaras llegaron para completar el metraje de las superproducciones "Rey de reyes" y "El Cid".

Ante esta coyuntura, la candidatura almeriense llevaba todas las de ganar: un clima benigno, un cielo luminoso, paisajes vírgenes y agres­tes, salarios extremadamente bajos (mano de obra barata) y, por tanto, costes de producción muy bajos para los baremos de Hollywood. Sin olvidar la devaluación de la peseta que aconteció en 1956.

Estos son, por consiguiente, los factores (principalmente el de orden económico) que explican la llegada de las producciones cinematográ­ficas internacionales.

En definitiva, en este período es cuando el cine toma contacto con Almería. El filón de los años 60 no llegaría, pues, de la nada.

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